Descubre la península de Snæfellsnes, ¡todo en un día!

Esta aventura de día completo, llena de acción, comienza en Reikiavik. Subido en uno de los cómodos autobuses, disfrutarás de impresionantes vistas de la zona oeste de Islandia antes de llegar a nuestra primera parada.

La Península de Snæfellsnes es conocida por sus paisajes inusuales y diversos. En el camino hacia la primera parada, cruzaremos los campos de lava cubiertos de musgo de Berserkjahraun. Según la leyenda vikinga, este es el lugar donde dos "berserkers" suecos (miembros de tribus rivales) crearon la primera carretera de Islandia. Durante tu visita, descubrirás cómo el folclore sigue teniendo un gran impacto en la cultura y los lugares actuales de Islandia.

Ubicada en el lado norte de la Península de Snæfellsnes, la primera atracción del día es la montaña "Kirkjufell", conocida como la montaña en forma de "punta de flecha". Con 463 metros de altura (1,519 pies), se eleva sobre un pueblo pesquero. Su forma única y el efecto reflejado en el agua la hacen muy popular entre los fotógrafos. ¡No olvides tu cámara, ya que la montaña está rodeada de impresionantes cascadas!

Nuestra siguiente parada será la playa de guijarros negros Djúpalónssandur, un lugar cinematográfico. Aquí, tu guía te contará fascinantes historias sobre naufragios locales mientras disfrutas de unas vistas impresionantes de la playa.

Las aldeas pesqueras son una característica clave de cualquier recorrido costero en Islandia. En nuestra excursión, haremos una parada en el encantador pueblo de Arnarstapi. Visita el principal atractivo del pueblo, el puente Miðgjá, un arco de roca natural frente a la costa, y experimenta la vida lejos del bullicio. Justo al este del pueblo, pararemos en Búðakirkja, una encantadora iglesia del siglo XIX y, por supuesto, veremos las focas en Ytri-Tunga.

El viaje de regreso a Reykjavík es tan pintoresco como la salida. Viajaremos a través de más campos de lava dinámicos, algunos de los cuales albergan columnas de basalto. Estas fascinantes formaciones son obras geométricas de arte creadas por la propia madre naturaleza.

Borgarnes – uno de los muchos encantadores pueblos de Islandia – será nuestra última parada antes de llegar a la capital. Aquí, podremos disfrutar de un famoso hot dog islandés o de otros refrigerios, ¡el final perfecto para un día increíble!