Febrero marca el comienzo de la alta temporada de invierno en Islandia. Los viajeros en febrero pueden disfrutar de más horas de luz diurna y una amplia gama de opciones para cazar las auroras boreales. Las excursiones para ver las auroras se agotan rápidamente, por lo que se recomienda reservar tu tour con antelación. Nuestra sugerencia es siempre reservar para la primera noche disponible, de modo que, en caso de cancelación debido a mal tiempo o avistamientos no exitosos, puedas reprogramar tu tour.
Siendo el mes más corto del año, pero no menos emocionante, febrero alberga el tradicional Þorrablót, una celebración de un mes de duración dedicada a la comida tradicional islandesa. Cordero ahumado, cabeza de oveja, testículos de cordero, tiburón fermentado y salchichas de sangre y vísceras son algunos de los platos típicos que los valientes viajeros con estómagos fuertes pueden probar durante esta festividad originalmente pagana.
¿Eres más de dulces? Entonces Bolludagur es el día para ti. Este día festivo tiene lugar el lunes de la séptima semana antes de la Pascua: para la ocasión, se hornean cientos de miles de bollos dulces (bollur) rellenos de crema y mermelada, y son disfrutados por niños y adultos por igual. El martes, para la tradición del mardi gras llamada Sprengidagur, se sirve una cena tradicional islandesa (carne salada, verduras y sopa de frijoles), una celebración de comer hasta reventar.
Y el miércoles, en Öskudagur, los niños locales se visten con disfraces y van de tienda en tienda cantando canciones a cambio de dulces, ¡un día divertido para estar cerca!
Sin embargo, febrero no se trata solo de comer: el Festival de Luces de Invierno iluminará pueblos y ciudades de todo el país con juegos de luces, proyecciones y exposiciones al aire libre. Y, para una aventura verdaderamente emocionante, únete a un tour en moto de nieve en el glaciar o a una caminata por el glaciar. O, ¿por qué no ambos? ¡Las opciones son infinitas en la Tierra del Hielo!